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Jairo es uno de los mapeadores de la parcela. Es muy conocido por su forma particular de decir las cosas, comenzando siempre con un "Jueeepuuuta!...". Es muy gracioso en realidad, solo imagínense, un señor grande y barrigón siempre puteando un poco antes de cada frase! Con todo y malas palabras Jairo es un pana muy agradable y tiene muchas historias increíbles por contar. Comenzando por esta que le ocurrió cuando trabajaba para una petrolera en la Amazonia ecuatoriana, voy a narrarla como Jairo me la contó con sus palabras y con unas interrupciones de mi parte en color rojo.
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Estaba yo trabajando para la petrolera y en ese tiempo no habían instalaciones modernas para que la gente duerma, pero había un cuarto no tan grande donde dormíamos 40 personas. No tenía paredes, era solo como un poco de madera que bordeaba este lugar y más arriba para terminar de cubrir el segundo nivel de las literas había puesto rejas al rededor.
-Pero Jairo, no te morías del calor? 40 personas ahí juntitas en ese lugar pequeño? Suena a que no se podía ni respirar!
No pues! Eso era fresquitito! Imagínate tú estar bien adentro de la selva, como no había paredes que interrumpan el viento, el aire pasaba directo por las rejas y ese cuarto era bien fresco la verdad.
Pero bueno la cosa es que una noche, una noche de Luna tan clara... JUEPUUUUUTA! Esque lo recuerdo clarito! La luna alumbraba todo como si fuera un sol tenue, y yo como dormía en la parte de arriba de una litera que daba a un borde del cuarto, podía ver todo lo que pasaba afuera. Muchas veces vi animales que se acercaban a merodear, pero esa noche... JUEPUTAAAA! Yo casi me muero! Porque yo estaba de espaldas a la reja, y de repente me doy la vuelta y veo un hombre saliendo de entre los árboles, me acuerdo tan claro porque esa noche la luna era una bendita lámpara gigante, se veía todito!! Y bueno, este hombre me pareció raro porque a medida que se acercaba a mi cama, yo lo iba apreciando mejor. Era como un hombre bien grande, como 2 metros de alto si quiera, y era ancho y peludo, tenía pelo en todo el cuerpo, era como un Yeti pero el pelo era oscuro. Lo que más recuerdo es que vi sus manos y no tenía uñas! era rarísima esa webada, quizá como un gorila pero sin uñas.
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| Media como 2 metros, era muy peludo y no tenía uñas! |
Ese man venía con los brazos medio abiertos, justo como para agarrarme y llevarle al bosque. Y se acercaba y yo como que no podía moverme de la impresión pues! Pero ya cuando estaba casi en la reja mi cuerpo solito se fue para atrás y me caí de la cama para abajo y con el ruido el man se asustó y se volvió a meter al bosque. Esos pocos segundos pasaron como si fueran unas dos horas si quiera, fue feísimo!
Al levantarme, sin poder decir ni una palabra todavía, me di cuenta que al rededor mío todos los que estaban presentes estaban con los ojos bien abiertos y no decían nada! Yo pensaba que era el único que había visto a esa bestia, pero todos la habían visto y aún hasta ese momento nadie se había atrevido a decir una sola palabra, ni un solo comentario sobre lo que había sucedido, hasta que yo lleno de miedo grite: ¡JUEEEEPUUUUTAAAAA!!! SI VIERON ESA WEBADA QUE ME QUERÍA COMER!!! En ese momento comenzaron los comentarios, y recuerdo que las siguientes noches nadie quería dormir a los bordes, ni siquiera Anelio (Otro mapeador lleno de buenas historia que ya vendrán) que es hecho el macho!
Por mi parte yo seguí durmiendo en ese mismo lugar, y desde esa noche en adelante colgaba una sábana en la reja para que nadie pueda verme ni yo pueda ver a nadie. Jamás volví a ver esa cosa de nuevo, Jamás.
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Una cosa es leer historias de fantasmas y cosas que pueden ser creados por la mente, pero historias como estas, contadas por personas que conocen a la Selva por más de 20 años, pueden llegar a estremecernos! Porque no son historias de ficción, son cosas reales. Historias que solo pueden contar los mapeadores.
